Corria el año 1538 y los turcos, el entonces invencible Imperio Otomano, se extendía imparable amenazando Europa.
El sultán Solimán el magnífico se había revelado como estratega incomparable, haciendo retroceder a los cristianos de Prevesa iniciando lo que parecía una segura conquista de todas las islas del Mediterraneo y el centro del continente europeo.
Cerca de Ragusa (en la Croacia actual, Dubrovnik), en la parte occidental de la tenaza que forman las llamadas Bocas de Kotor, se encuentra el enclave de HERZEG NOVI (CASTELNUOVO). Alli se hizo fuerte en septiembre de 1538, el tercio español Francisco Sarmiento. Lo componian un total de 3500 hombres, ayudados por 300 jinetes griegos y albaneses, con algunas piezas de artillería y un solo barco de aprovisionamiento. Sabían que una vez iniciada la retirada de la flota del almirante Andrea Doria, los refuerzos prometidos por Gonzaga nunca llegarían, y aún así, durante nueve meses , hasta Junio de 1539, fortificaron el lugar y esperaron un enemigo muy superior en numero y armamento y que además contaba con el auxilio de 220 navíos. Con provisiones para cuatro meses y en una proporción de veinte a uno a favor de los sitiadores, se permitieron el lujo los españoles de rechazar la oferta con garantías y honores, que de rendición les brindaba el comandante en jefe del ejército musulmán el temido Barbarroja, respondiendole que ". . .veniesen cuando quisiesen". Lucharon bravamente rechazando los primeros ataques de los 50.000 soldados turcos de tierra , llegando a derrotar en valientes enfrentamientos cuerpo a cuerpo a la elite de la infanteria contraria, los temibles jenizaros, que en numero de 5000 cargaron varias veces contra los defensores.
La situación se hizo insostenible a primeros del mes de Agosto debido a la potente artilleria traída desde Esmirma para doblegar la resistencia, que diezmó a la tropa e hizo tales estragos en las defensas que al cabo de diez días sólo quedaban en pie 200 soldados españoles que determinaron, como glorioso final, realizar una carga a campo abierto.
Casi todos murieron, incluidos el maestre de campo y el comandante del tercio, Francisco Sarmiento, que combatió con sus hombres a pecho descubierto. Los escasos supervivientes capturados fueron llevados a Constantinopla y convertidos, segun la costumbre del momento, en esclavos para el resto de sus vidas. Sin embargo, una vez allí, veinticinco de ellos demostrando lo indomable del caracter español, se fugaron en un barco, llegando más tarde al puerto de Messina, donde contaron su historia; de ahí el conocimiento pormenorizado de todo el relato.
Como anécdota de la presencia española en tierras croatas, se levanta todavía hoy, como mudo testigo que pregona al viento las hazañas de nuestros valientes tercios en el siglo XVI, el fuerte de "la Española" bautizado así porque españoles fueron sus constructores.
¿Qué buscaban nuestros compatriotas en ese rincón del mundo? Tan solo defender Europa y el honor de España, ¿Parece poco?.
Siempre imitados,nunca igualados.
Por, los que consiguieron escapar de Constantinopla.
sábado, 1 de diciembre de 2007
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